La subida de las temperaturas es el síntoma más palpable del cambio climático, pero existen muchos otros que no se aprecian a simple vista aunque son igual de dañinos:
Los ríos se secan, las playas desaparecen y los campos de cultivo ya no soportan las elevadas temperaturas y la falta de agua. A la vez, las ciudades se resienten, y algunas de ellas viven bajo la amenaza de quedar sumergidas con la subida del nivel del mar.
Suena alarmante pero lo cierto es que la realidad ya está demostrando que el cambio climático es real y se estamos escribiendo juntos el futuro de la Tierra.
En la actudalidad son los más pobres los que más sufren al no disponer de los recursos necesarios para prever sus duros golpes como son construcciones resistentes, reservas de alimento o dinero para actuar con rápidez una vez el desastre ha pasado. Sin embargo, el cambio climático es una amenaza que no distingue entre animales, plantas o humanos, ricos o pobres, es un problema que nos afecta y nos compete a todos.
LAS SOCIEDADES MODERNAS SE BASAN EN UN MODELO DE COMBUSTIBLES FÓSILES QUE EMITEN GASES DE EFECTO INVERNADERO A LA ATMÓSFERA
El cambio climático está provocado por un incremento de la concentración de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la atmósfera, que ocasiona que un mayor porcentaje de los rayos del sol queden “atrapados” en la misma, produciendo así una subida de temperatura a escala global.
El problema no es nuevo, y el «cambio climático» tampoco. Hace ya décadas los científicos advirtieron de este fenómeno.
El tiempo ha pasado y seguimos sin prestarle la atención que requiere. Seguimos produciendo mal, con un modelo que se basa en el consumo desmedido en las energías generadas a partir de combusitbles fósiles, limitados y altamente contaminantes.
La huella ecológica de nuestro paso por la Tierra es ya muy profunda, hay que concienciarse lo antes posible e intentar frenas las consecuencias tan negativas que conlleva el cambio climático,.