Cuando llega el frío los cultivos se ven afectados por heladas, viento, lluvia granizo y frío extremo. ¿La mejor manera de protegerlos? En invernadero.
Este tipo de estructura mantiene las plantas a una temperatura estable y suave. Se mantienen aisladas de las inclemencias meteorológicas y, además, con la suficiente luz y ventilación que necesitan en la estación.
Veamos las ventas de usar invernaderos para cultivar en invierno paso a paso.
Luz
La luz es fundamental para que las plantas realicen las fotosíntesis y creen carbohidratos, básicos para su adecuado crecimiento.
La cantidad de alimento que una planta puede producir es directamente proporcional a la cantidad de luz que recibe.
Rapidez
El ritmo de floración y de crecimiento de la planta tiene que mantenerse en los meses de invierno, y puede hacerse a través de una adecuada estrategia de riego.
Si la velocidad no es la suficiente entre diciembre y enero, el cultivo se verá obligado a consumir sus reservas energéticas, y probablemente no sea capaz recobrar la resistencia cuando mejoren las condiciones.
Temperatura
Para mantener el ritmo de crecimiento también es importante el control de la temperatura mínima nocturna mínima y la media durante todo el día.
Si esto no sucede así, los cultivos necesitarán demasiado tiempo para alcanzar la temperatura ideal para realizar la fotosíntesis. Se desaprovecharán demasiadas horas de sol al día, lo que conduciría a que las plantas se debilitasen.
Riego
Las hortalizas en invernadero necesitan diariamente mínima de 2.0 ml de agua/m2/J de luz para que la velocidad de floración y crecimiento sea la necesaria.
La adecuada combinación de todos estos aspectos es la fórmula que se traducirá en la conservación de una planta con capacidad generativa, buena floración y velocidad de crecimiento. Lo necesario para producir frutas y hortalizas de calidad.