IMA-MSC HACE BALANCE DE 2008

2008 ha sido definitivamente el año de la crisis. Crisis financiera que tuvo su epicentro en los Estados Unidos, pero que paulatinamente se extendió a escala internacional y afectó prácticamente a todos los sectores económicos. La agricultura, por su dependencia directa de los mercados de consumo y del precio del petróleo y sus derivados, ha sido una víctima especialmente vulnerable al clima general de recesión.

A pesar del presente estado de incertidumbre, Invernaderos IMA-MSC hace un balance positivo de 2008. Como parte de su habitual estrategia de comercialización y búsqueda de nuevos mercados, la firma asistió a las principales ferias del sector en España y a algunas celebradas en el extranjero. De entre estas últimas, cabe destacar su primera visita a Growtech Eurasia el pasado mes de diciembre. La feria celebrada en la ciudad turca de Anatolia es una excelente puerta de entrada a los mercados asiáticos, poco explorados hasta el momento por IMA-MSC. Sus exportaciones han mirado tradicionalmente hacia Europa, el norte de África e Ibero América, pero resulta de sumo interés adentrarse en otros mercados emergentes y con gran potencial de crecimiento.

En el panorama nacional IMA-MSC sigue apostando por la creación de empresas agrícolas. Este concepto responde a la necesidad de crear explotaciones en las que de forma regular y controlada puedan obtenerse mejores resultados, en términos de productividad y calidad del producto final. Siguiendo ese principio, esta firma afincada fundamentalmente en Navarra, hizo importantes avances durante 2008 en su propia región, que tradicionalmente había dado la espalda a los cultivos protegidos. La empresa finalizó con éxito varios proyectos para clientes que decidieron innovar y volcarse en el cultivo de variedades de un mayor valor añadido, y por tanto más competitivas.

Dentro de su gama habitual de productos, el malla sombra sigue siendo el modelo de invernadero que más hectáreas de cultivo ha cubierto, como ya viene siendo habitual en los últimos años gracias a su gran versatilidad. Sin embargo, el invernadero ligero también tuvo un éxito considerable. Se trata de una variante del invernadero tradicional, que ofrece sus mismas prestaciones, pero con unos costes de producción y ensamblaje bastante más reducidos. Un producto competitivo, que ha dado respuesta a las necesidades de muchos agricultores que han decidido afrontar sus proyectos a pesar del clima general de desconfianza.

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