EL MALLA SOMBRA, UNA SOLUCIÓN DE FUTURO PARA LOS CULTIVOS DE VERANO

La producción agrícola en Navarra siempre ha sido mayoritariamente cerealista, sin embargo esa tendencia ha ido a la baja en los últimos años. La entrada en la Unión Europea ya supuso un cambio sustancial en el uso que tradicionalmente se había hecho del suelo agrícola navarro. Desde entonces, los escasos márgenes comerciales de los cultivos de secano, el incremento de las hectáreas de regadío gracias al desarrollo de nuevas infraestructuras, y la potente industria agroalimentaria establecida en la Comunidad Foral han favorecido que el cultivo de frutas y hortalizas ganara terreno paulatinamente.

En los últimos años está creciendo sensiblemente el número de productores navarros que dejan atrás la agricultura intensiva tradicional, en favor de nuevos modos de cultivo y de productos con un mayor valor añadido. El papel de los cultivos protegidos ha sido fundamental en esta evolución y la firma Navarra de Invernaderos IMA-MSC, con una dilatada experiencia en España y el extranjero, ya ha realizado varios proyectos surgidos en la Comunidad Foral. Proyectos que hoy día funcionan como auténticas empresas agrícolas, en las que con periodicidad y garantías se producen verduras u hortalizas con la calidad prevista. Explotaciones de tomate, pimiento, lechuga y especies de hoja pequeña funcionan a pleno rendimiento bajo los invernaderos de IMA-MSC. Aunque la empresa también ha realizado fuera de Navarra estructuras para albergar otros tipos de cultivo como sandías, melones y una amplia variedad de hortalizas.

El control de plagas y de agentes externos como la temperatura, la lluvia o incluso el viento, son los beneficios más evidentes del cultivo protegido. Y aunque exige una mayor inversión por parte de los productores, los resultados a medio y largo plazo en cuanto a incremento de la producción y mejora en la calidad final del cultivo, dan la razón a quienes apuestan por esta opción.

Algunos productores combinan en sus explotaciones los cultivos bajo invernadero durante los meses fríos, con los cultivos en el exterior durante los meses de verano. De este modo, en un ciclo productivo anual es posible recoger al menos dos cosechas. Esta es una práctica que se está generalizando, sin embargo, IMA-MSC transmite a sus clientes la necesidad de ir un paso más allá en su empeño de construir auténticas empresas agrícolas. Para alcanzar este objetivo es aconsejable combinar el invernadero con el malla sombra. Por un lado, el invernadero dota de una mayor protección y control de la temperatura, y por eso es de uso obligado en los meses más fríos. Mientras que el malla sombra es el más adecuado para los meses calurosos, ya que mitiga los altos niveles de radiación solar sobre el cultivo y asegura un mayor control de factores externos como lluvias, viento o granizo, que incluso en los meses estivales pueden dañar las cosechas.El malla sombra, una estructura de cobertura todavía desconocida para muchos, se convierte en una solución de futuro para los cultivos estivales, ya sea tomate, pimiento, pepino, o incluso melón y sandía, por poner algunos ejemplos. En primer lugar, gracias a la protección de la malla, se recoge un fruto de mayor calidad, con menos daños y más lustre, que se cotizará mejor en el mercado. Y en segundo lugar, la estructura permanente permite colgar de ella los cultivos que habitualmente requieren de espalderas, con el consiguiente ahorro de tiempo y dinero.

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