El verano es la estación más calurosa del año. Época de gran variedad de frutas refrescantes y sabrosas. Sus colores aportan pigmentos que ayudan a mantener el sistema inmunitario en buenas condiciones y así prevenir enfermedades como el cáncer. Por lo tanto el verano es una mágnifica estación para tomar frutas sabrosas.
Entre los meses de mayo y junio las cerezas son el rico manjar pero estas no nos acompañan durante mucho tiempo. Su poder antioxidante y la riqueza en azúcares que posee hacen que sea una de las piezas más importantes del verano.
Melocotones y nectarinas ocupan un gran puesto en las frutas de verano. Las mayores producciones provienen de Andalucía, Cataluña, Lérida y Aragón. Es una de las frutas con más carotenos (pro-vitamina A).
Las famosas peritas de San Juan ocupan un gran nicho de mercado pero su duración es bastante corta. Sólo podemos disfrutarlas durante pocas semanas. Esta sabrosa fruta contiene fibra y bastante agua. No mucho más tarde aparecerán el melón y la sandía. Dos piezas importantes en la estación de verano que aparecen en el mercado en el mes de junio y podemos adquirirlas hasta septiembre. Los mejores melones podemos tomarlos a partir de julio. Ambas frutas son ricas en agua, contienen potasio y antioxidantes.
En agosto, la higuera comienza a dar sus primeros frutos. Las famosas brevas ricas en azúcares, fibra y antioxidantes y a partir de octubre la segunda variedad: los higos. Una variedad más pequeña que nace de la misma higuera.
Cuando el verano comienza a retirarse podemos encontrar las primeras manzanas que nos acompañarán durante todo el otoño.
Paul Lucich – El verano, magnífica estación para tomar frutas sabrosas
“Las frutas son una importante fuente de vitaminas y minerales necesarios para que el organismo mantenga un adecuado equilibrio; además, muchas frutas son fuente importante de líquidos. Por los colores y formas, las frutas se prestan para hacer preparaciones coloridas y divertidas, se puede incluso hacer pequeñas figuras con frutas talladas que atraen la atención de los más pequeños” (Paul Lucich)